Paul Auster, El país de las últimas cosas
viernes, 26 de octubre de 2007
Cuando ni siquiera te queda la esperanza de recuperar la esperanza...
"... ninguna cosa es realmente sí misma, hay trozos de esto y trozos de aquello pero nada tiene que ver entre sí. Aún así, por extraño que parezca, en el límite de este caos, todo comienza a relacionarse otra vez. (...) Llega el momento en que las cosas se desintegran y se convierten en estiercol, en polvo o desechos y lo que queda es algo nuevo, algunas partículas o aglomeraciónn de materia que no puede identificarse. Es un terrón, una mota, un fragmento del mundo que no tiene sitio: la dimensión de lo esencial".
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