De la nota de Eduardo Fabregat en Página/12 sobre la entrega de los Martín Fierro:
sirvió para demostrar que se pueden tener premios políticamente correctos como en el Oscar, que otorgó estatuillas a Rain Man y Mi pie izquierdo, películas en las que profesionales de gran talento simulaban tener deficiencias mentales (en el caso de La cornisa sería más o menos al revés, pero el efecto emotivo es el mismo).
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