sábado, 28 de agosto de 2010
El anonimato es un gran cosa
Cometí el terrible error de abrir una cuenta de twitter con mi nombre. Qué difícil es, descubro, tratar de hacerme la ingeniosa sin la protección de Isa. Ahora actualizo boludeces diariamente en formato 140 caracteres, pero no puedo reirme ni quejarme ni aburrirme de lo verdaderamente importante para mí. Porque ya lo dijo una vieja publicidad de Banco Río "un buen nombre es lo mejor que uno puede tener" (aunque pensándolo bien, sea sólo un emergente más de "haz lo que yo digo pero no lo que yo hago"). En fin, que mi proyecto "La felicidad ah, ah, ah, ah" fracasa estrepitosamente, porque cuando soy feliz no tengo ganas de escribir boludeces en el blog y cuando soy infeliz no tengo ganas de escribir boludeces en el blog. Y así. Sólo quería apuntar que, después de un considerable período de buen humor, vengo corroborando que soy más mejor cuando estoy de buen humor. O sea. Que sea eterno mientras dure.
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